GOLAZO DE MESSI EN EL DESCUENTO Y ARGENTINA A OCTAVOS DE FINAL

Apareció el único que podía marcar la diferencia en un partido como este: Lionel Messi. La 'Pulga' marcó el tanto del triunfo -y clasificación- albiceleste en el minuto noventa, regalándole el pase a octavos de final del Mundial Brasil 2014 a su selección. Irán jugó un gran partido, y solo una geniliadad de uno de los mejores del mundo le arrancó lo que hubiese sido un histórico empate.
El partido se puede resumir con dos palabras: muro iraní. El elenco asiático jugó un gran partido en la parte defensiva, e incluso asustó en más de una ocasión a los argentinos, motivos suficientes para que el arquero sudamericano, Sergio Romero, realizó hasta tres tapadas que fueron determinantes para el resultado.
Alejandro Sabella planteó un partido ofensivo desde el saque inicial, sin embargo -y a pesar de contar con Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Ángel Di María y Messi-, sus dirigidos no lograron abrir el marcador en los primeros 45 minutos. Es más, Argentina no contó con una opción muy clara de gol.
Carlos Queiroz, por su parte, mandó un once inicial que parecen diez defensas; es consciente de la realidad de las cosas y la inferioridad de su equipo, pero ha logrado neutralizar cada uno de los ataques argentinos gracias a la seguridad del portero Haghighi, y la solvencia defensiva de Sadeghi y Hosseini. Además, ellos contaron con el apoyo de ocho jugadores más, que demostraron estar comprometidos y bajaron a luchar cada balón.
Gracias a ello, el marcador no se movió en el primer tiempo. Argentina lo buscó pero no tuvo profundidad, mientras que Irán hizo su negocio: logró mantener su arco en blanco.
En la segunda mitad el desarrollo del partido fue el mismo: ataque de Argentina versus defensa de Irán. Los sudamericanos no encontraron el camino, pero si una muralla de camisetas rojas que se agruparon atrás y buscaron el contragolpe.
Y es por ello que 'Chiquito' se hizo gigante. Dos contragolpes iraníes asustaron a todos menos a Romero, quien desvió el balón en ambas oportunidades, ahogando el grito más ansiado del fútbol al equipo chico que jugó a ser grande. ¡Quién sabe lo que hubiese ocurrido en Argentina con un triunfo iraní!
Sin embargo, en la cancha flotaba un mago. Un hechicero que necesitó de segundos para demostrar que el juego que mostró en la última temporada en Barcelona fue solo un tropezón, y que su calidad está intacta. Messi, el cuatro veces ganador del Balón de Oro de la FIFA, recibió un balón desde la derecha y realizó una de sus famosas diagonales antes de soltar un disparo y poder gritar a todo pulmón el gol que clasificó a su selección a la siguiente fase.